miércoles, 3 de diciembre de 2014

LESIONES MUSCULARES DE LA EXTREMIDAD INFERIOR Y LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO DE PREVENCIÓN


Durante la práctica de la actividad física hay una gran incidencia de lesiones musculares, con la consecuente duda sobre cuál es el trataniento correcto y más eficaz  para solucionar las mismas. Normalmente el tratamiento conservador obtiene resultados funcionales aceptables, aunque las consecuencias de una actuación inadecuada o poco suficiente puede ser desfavorable, ya que podría demorar la vuelta del deportista a su actividad. El trabajo de prevención, entonces se hace imprescindible, el que la figura del preparador físico y del fisioterapeuta juegan un papel impoprtante en la elaboración de un plan de estiramiento y de trabajo específico con el objetivo de previenir posibles lesiones.
Podemos decir que las lesiones musculares son muy frecuentes en el deporte, con una incidencia que varía entre el 10% y el 55% de todas las lesiones; y tiene sentido, ya que los mecanismos y los escenarios en los que se producen son variados e incluyen la contusión, el estiramiento o la laceración, unido a las superficies de entrenamiento en mal estado lo que provoca que las inserciones musculares tengan que adaptarse a distintos tipos de dureza del terreno.
Los músculos que presentan una mayor predisposición de sufrir lesiones musculares son los músculos del cuádriceps y los llamados isquiotibiales (con un 31,7% y un 17% respectivamente). Según Osorio et al. (2009) informan que en los músculos “isquiotibiales” (músculo semitendioso, semimembranoso y bíceps fermoral) el más propenso a lesionarse es el bíceps femoral, con un 53% del total de lesiones en este grupo muscular.



La importancia del trabajo de prevención



Tanto deportistas como demás personas que practican ejercicio están en constante riesgo de sufrir lesiones. Afortunadamente hay lesiones que se pueden prevenir si sabemos hacer un buen trabajo de prevención previo al entrenamiento y de enfriamiento post entrenamiento.
Antes de comenzar el entrenamiento el deportista debe tener un período de preparación en el que el organismo se pondrá a trabajar a baja intensidad y se preparará para la actividad más intensa. Este período de calentamiento debe ser de aproximadamente cinco a diez minutos, donde se realicen ejercicios de estiramiento y un poco de carrera corta a baja intensidad.
La parte final de la sesión de entrenamiento también es importante, ya que se deberá realizar un período de enfriamiento donde se incluyan ejercicios de estiramiento y se vaya reduciendo poco a poco el pulso. Esto ayudará a que se redistribuya el flujo de sangre, evitando así las lesiones.
Otro punto importante sería la necesidad de establecer un programa de fuerza auxiliar que coexista con las sesiones normales de entrenamiento, con un frecuencia posible de 2 veces por semana. Con este programa de fuerza se conseguiría un aumento de fuerza/potencia a nivel de esos grupos musculares lo que evitaría la frecuencia de lesiones musculares.






No hay comentarios:

Publicar un comentario